


My
Acting Book
EL RETRATO
NOTAS
PADRE: Pintor. Espíritu soñador y de profundo pensamiento, pero esto no le impide ser carismático y gozar de un buen sentido del humor al hablar con su hijo.
HIJO: Joven que está comenzando a experimentar la vida adulta. Se le hace difícil entender cómo el arte le puede fascinar tanto a su padre, para él sólo son colores que toman formas raras (no le ve ningún sentido ni interés)
PADRE: Levanta un poco más el brazo. Como si quisieras alcanzar algo. Un poco más. Más. Perfecto. Ahora inclínate un poco hacia adelante. ¡Quieto! Queda. Perfecto.
HIJO: Emmm, ¿no crees que esta posición no es para nada natural?
PADRE: Tengo la certeza que el arte no se expresa necesariamente de forma natural.
HIJO: Pero esto no es arte abstracto papá.
PADRE: Y tú se supone que eres una estatua, pero estas hablando. Como ves nadie está conforme.
(Silencio)
HIJO: No entiendo cómo accedí a hacer esto.
PADRE: La curiosidad mató al gato.
HIJO: Pero no he muerto.
PADRE: Pero por como hablas te matará el aburrimiento. (pausa) No sé cómo no te puede agradar ser mi musa.
HIJO: ¿Musa?
PADRE: Sí hijo, mi inspiración, mi base, mi boceto, mi… (hace ademán con sus manos como si buscara una palabra más rebuscada)
HIJO: ¿…Mi estatua mal pagada?
PADRE: Pero si no te voy a pagar.
HIJO: Exacto.
PADRE: No sé de qué te quejas si estar en ese pedestal es un privilegio. El arte va más allá del lienzo o de tu “ridícula” pose. (comienza a hablar como si se desconectara de la realidad, con pasión) Es el encuentro del pintor, la creatividad y la imaginación. Es sueño que se hace realidad gracias a la acaricia de un pincel. Es…
HIJO: ¿Papá?
PADRE: Dime hijo
HIJO: Lo estás haciendo de nuevo
PADRE: ¿Qué cosa?
HIJO: Divagar
PADRE: ¿Divagar?
HIJO: Si papá, te estás volviendo a perder en tus palabras.
PADRE: No es perderse hijo, es (los dos al mismo tiempo. HIJO remedándolo exageradamente) es poner en palabras lo que siente el alma.
HIJO: (en voz baja, para él) Tan dramático.
PADRE: (dejando el pincel) ¿No quieres ver cómo quedó?
HIJO: (sarcasmo) Verme pintado en óleo después de estar parado dos horas es lo que más me emociona.
(HIJO ve el cuadro. PADRE lo muestra al público. El cuadro es un cielo en tonos rosados y anaranjados, como un atardecer)
HIJO: Pero… ¿qué..?
PADRE: ¿Qué pasa hijo?
HIJO: ¿Y dónde estoy yo?
PADRE: ¿Tú?
HIJO: ¡Sí! ¡Yo! Acepté ayudarte con tu pintura quedándome parado DOS HORAS para que AL MENOS al final me vea retratado ¡Y a cambio qué veo! ¡¿Una puesta de sol?!
PADRE: Pero…
HIJO: Papá, si querías pintar un paisaje hubieras dejado que me vaya y no hacer que me quede parado como un idiota haciendo una pose ridícula ¿te quieres burlar de mí?
PADRE: Hijo, esto eres tú.
HIJO: ¿Qué?
PADRE: Tú eres para mí una puesta de sol. Un suceso cambiante pero fascinante de ver. El paso del día a la noche. El suceso único en una rutina en que colores se fusionan y crean como producto final un todo que va más allá de la suma de sus partes. Hijo, tú eres arte, sólo es cuestión que veas más allá de lo relevante para que te des cuenta de lo que todo esto (refiriéndose al cuadro) te puede transmitir.
(Silencio. PADRE recoge sus cosas menos el cuadro que HIJO sigue admirando)
PADRE: Por eso soy pintor, hijo. Creo en la belleza de las cosas, pero en una belleza que trasciende la vista. Espero que sea una lección que no olvides.
HIJO: ¿Creer en la belleza de las cosas?
PADRE: Creer en la belleza de la vida.
(PADRE se va de la escena. HIJO se queda mirando el cuadro y esboza una pequeña sonrisa. Apagón)
FIN